psicología viernes, 17 de julio de 2015

EL PREJUICIO MUSICAL EN EL MARCO DE LA NTELIGENCIA MUSICAL (PARTE I)


Existe una multitud de situaciones en las que se produce el fenómeno del prejuicio. Seguramente conozcas diversos tipos: el prejuicio por raza, por etnia, el prejuicio machista, el prejuicio por clase social, el prejuicio hacia los mayores, etc. Pero seguramente no te imaginarías que puedan existir prejuicios más específicos. Hoy te voy a hablar un tipo de prejuicio de los más llamativos que te puedas imaginar; el prejuicio hacia el músico y hacia la música en general, hacia la disciplina educativa, no hacia el músico de alto estatus o que gana dinero con ella. Y en este sentido, me es indispensable hacer referencia a la Inteligencia Musical. Pero vamos entrando en situación, poco a poco.

Todos nacemos con aptitudes musicales, con un medio para expresarnos mediante el canto y la danza. Todos somos música al nacer. Sin embargo, vamos perdiendo nuestra capacidad para comunicarnos musicalmente con el tiempo (en próximas entregas hablaremos de esto) y nos perdemos una parte de nosotros muy importante y gratificante además. 

Para mí hay dos motivos fundamentales por los que perdemos aptitudes musicales, por un lado la vergüenza y por el otro el prejuicio hacia el músico. Supongo que lo relativo a la vergüenza lo entiendes, ¿verdad? Ser músico es de héroes. Sales a un escenario con una multitud o una pequeña cantidad de ojos observándote y a continuación te desnudas. Y te desnudas pero quedándote en calcetines, porque te expones a críticas, al qué dirán, a hacerlo mal o a equivocarte. Y en este mundo tan guiado por las apariencias y la imagen, vamos tomándole una vergüenza extrema a canturrear, a bailar como una loca en la discoteca, a expresarnos musicalmente. Porque el medio de expresión que es la música está ahí. Lo tenemos desde que somos muy pequeños, y desarrollarlo o no, depende de nosotros.

Pero dejaré lo del fenómeno de la vergüenza para otra entrada y me centraré en el prejuicio al músico. Por si acaso piensas que mis creencias son infundadas, te propongo unas simples situaciones.


LAS PREGUNTAS:


1. Si tienes un hijo qué prefieres que sea, 
¿músico o médico?
2. ¿Qué opinas de alguien que deja a un lado su carrera de físicas 
para dedicarse a la música?
3. ¿Crees que es más importante una medalla olímpica 
que sacar un disco?
4. ¿Piensas que una carrera en el mundo de las finanzas 
es más segura que en en el mundo de la música?
5. ¿Qué trabajo crees que es más valorado socialmente, 
el de músico o el de profesor?
6. ¿Qué supones de alguien que es ingeniero en comparación con 
alguien que toca un instrumento para ganarse la vida?
7. ¿Que consideras que es más importante  en educación:
la música
 o
las matemáticas?





Son ejemplos retóricos. No tienes ni que contestarlos. Simplemente los empleo para ponerte en situación. Pero si quieres más, soy de las que creo que no es más listo el que más matemáticas sabe en comparación con el que domina la expresión musical, y esta temática ya la inicié en la entrada 8 películas que nos introducen en las inteligencias múltiples. Pero para centrarnos más en el tema, vamos a recordar qué era eso de la inteligencia musical. 


La inteligencia musical de Howard Gardner.



La inteligencia musical es uno de los prototipos de inteligencia propuestos por Howard Gardner. Su Teoría de las inteligencias múltiples, establece ocho tipos de inteligencias que el ser humano tiene la capacidad de desarrollar. Gardner vino a desterrar el concepto tradicional de inteligencia ligado a los resultados obtenidos en los test que medían el CI, fundamentados en mediciones matemáticas. 

De este modo, este tipo de inteligencia se basa en la interiorización de los elementos musicales (ritmo, melodía, armonía, timbre, intensidad, altura, forma,...). Y esta interiorización, faculta al individuo con inteligencia musical desarrollada, para desenvolver también una concentración y atención óptimas. En este sentido, el músico, el melómano, el crítico musical, el musicólogo o profesor de música, consigue la concentración necesaria para reconocer melodías o ritmos con tan sólo escuchar las primeras notas o figuras. El desarrollo auditivo es increible en estos casos. 

Pero el componente afectivo también se ve intensamente desarrollado, pues las personas que poseen inteligencia rítmica o musical, entienden patrones en la música, formas, tienen un sentimiento hacia ella. Se emocionan con facilidad ante diferentes audiciones que no necesariamente han de ser tristes (como bien reconoce Theodor Adorno, en su clasificación del oyente). El elemento emocional se desarrolla fuertemente en quienes deciden trabajar su inteligencia musical. De hecho, este tipo de inteligencia se caracteriza por no ser tan analítica como otras habilidades intelectuales más tradicionales (vamos, la matemática pura y dura). El individuo que goza de inteligencia musical se deja llevar bien sea en la audición, la interpretación o la creación. De este modo es capaz de llegar al elemento más complejo dentro de la asimilación musical, la improvisación.

El lenguaje musical, posee particularidades puramente matemáticas, pero también sentimentales. Pretende mostrar al mundo lo que el intérprete o autor de una obra siente, su desnudez, su esencia.

La inteligencia musical nos hace sensibles. Pero no solamente sensibles en el sentido del sentimiento en sí, sino sensibles en cuanto al reconocimiento de un tono inadecuado, de algo que chirría en una pieza orquestal, una nota desafinada, un sonido lejano,... Y alguna vez ya tengo comentado el problema social que supone ser sensible. En una sociedad como la alemana del romanticismo del s. XIX, ser sensible era casi una necesidad. En nuestra sociedad avanzada en la era de las comunicaciones, ser sensible es criticado y masacrado, se mire por donde se mire. Nadie aprecia la sensibilidad porque ser sensibles es de débiles y el músico que siente que tiene un mundo para compartir es el bicho raro en la cadena alimenticia de la sociedad de la imagen. Asistimos al mayor atraso cultural de toda nuestra historia, cuando defenestramos una figura que antaño era respetada y amada con profundidad.





El prejuicio en la música.


Y un ejemplo de lo atrasados que estamos en materia de educación musical en España, es la poca valoración que se hace de este tipo de inteligencia, la musical. De ahí mi impresión del prejuicio hacia el músico. Basta con recordar la poca importancia concedida al ámbito musical por el exministro de Educación, Wert. Esta poca importancia que tanto choca por su interés en el fomento de la educación en las lenguas extranjeras. Que poco saben nuestros políticos de educación, cuando no son capaces de reconocer la correlación entre música y destreza lingüística. Pero esto lo dejo para otra entrada, que la inteligencia musical da para mucho.

Total, que si tan sólo fuesen los políticos... Pero lo cierto es que nuestra sociedad en general, dentro de su incultura, muchas veces no comprende la importancia de la música en el desarrollo de la inteligencia, la integridad y el desarrollo de las personas. Pertenecemos a una sociedad que minusvalora el fenómeno musical considerándolo de segunda. Ya ni hablar de lo relativo a la educación. Cualquier asignatura es más importante, y la música, reina de las marías, queda relegada a las excentricidades de unos cuantos.

Por eso hoy quiero compartir en esta entrada, la otra cara de la moneda, la parte positiva del problema, el trabajo de unos chicos en los que me veo reflejada unos catorce años atrás. Se trata de los alumnos de Magisterio de la Universidad Santiago de Compostela, más concretamente, los que han optado por la mención en música en su carrera universitaria. Gracias a vuestro trabajo, nos queda un poco menos que luchar por dignificar nuestra pasión, nuestra profesión y nuestra visión de una educación integral.

Para todo el que lea estas líneas, sólo tengo algo que añadir. Por favor, DIFUSIÓN. Esta flashmob tiene que llegar lejos.



Y para acabar, te pido que recuerdes o bien releas las preguntas del principio y te propongo unas respuestas. Pueden ser estas u otras, recuerda que eran ejemplos retóricos.

LAS RESPUESTAS:


1. Borodin, era médico

 y no hace falta decir que tuvo más triunfos en el mundo de la música 
que en el de la medicina. 
Un orgullo para su familia.
2. Bryan May, es doctor en astrofísica, 
y es uno de los músicos vivos más respetados en el mundo del rock.
3. Bruce Dickinson, vocalista de Iron Maiden 
se negó a participar ten los JJOO de Barcelona 92 
por hallarse en la gira de Fear of the Dark. 
Es esgrimista.
4. Mick Jager dejó su carrera en economía y finanzas 
para dedicarse a la música. 
5. Sting fue maestro de inglés.
6. Alan Parson es ingeniero de sonido,
 gracias a ello ha supervisado este trabajo en todos sus discos..
7. Art Garfunkel es licenciado en historia del arte por la facultad de Columbia, 
nada menos.
 Además tiene un máster en matemáticas, 
disciplina en la que estuvo a punto de doctorarse.


No pasa nada. Todos somos prejuiciosos en cierto grado.




Y la cita de hoy, dedicada a los chicos de magisterio.



"En esta vida el que no se rinde es un verdadero valiente" 


Paul McCartney


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6 comments

  1. Totalmente, todos los humanos en su niñez son artistas en potencia pero la sociedad trata de domesticarte para que vayas perdiendo esa capacidad. Es raro lo que pasa con los prejuicios hacia los músicos porque son muy contradictorios... por un lado están los prejuicios de subvaloración, como contaste vos de rebajarles su importancia en comparación a cualquier otra disciplina; y por otro lado están los prejuicios de sobrevaloración de quienes ven a los músicos como dioses sobrehumanos y solo son genios los que se dedican a la música, como si fuera algo excepcional para pocos, y por supuesto hay genios en la música pero eso no significa que todos lo sean y que casi nadie pueda dedicarse a ella (y ni siquiera los genios piensan así, si hasta Beethoven que era un verdadero genio decía que se necesita 1% de inspiración y 99 % de transpiración). Sin dudas la formación musical debería ocupar un lugar preponderante en la educación independientemente de que después una persona se dedique toda la vida a ella o no, en ese sentido no estaba mal el lugar que tenía la música en la educación escolástica medieval, más allá de esa separación nefasta que había entre artes liberales y artes serviles era muy bueno que se estudiara música conjuntamente con aritmética, geometría y astronomía como partes de las cuatro disciplinas matemáticas del Quadrivium.
    En fin, me extendí demasiado pero por último, esa frase que dejaste de McCartney me recordó una anécdota suya que ejemplifica muy bien eso que dijo, la primera vez que tocó en vivo con los Quarrymen mientras tocaba un solo de guitarra le pifió y se bajoneó tanto que pensó que nunca más iba a tocar en vivo... otro ejemplo más de que incluso para los genios nada es un lecho de rosas y tienen que esforzarse para llegar adónde llegan.
    Un abrazo y bikos Elvi!

    ResponderEliminar
  2. Totalmente, todos los humanos en su niñez son artistas en potencia pero la sociedad trata de domesticarte para que vayas perdiendo esa capacidad. Es raro lo que pasa con los prejuicios hacia los músicos porque son muy contradictorios... por un lado están los prejuicios de subvaloración, como contaste vos de rebajarles su importancia en comparación a cualquier otra disciplina; y por otro lado están los prejuicios de sobrevaloración de quienes ven a los músicos como dioses sobrehumanos y solo son genios los que se dedican a la música, como si fuera algo excepcional para pocos, y por supuesto hay genios en la música pero eso no significa que todos lo sean y que casi nadie pueda dedicarse a ella (y ni siquiera los genios piensan así, si hasta Beethoven que era un verdadero genio decía que se necesita 1% de inspiración y 99 % de transpiración). Sin dudas la formación musical debería ocupar un lugar preponderante en la educación independientemente de que después una persona se dedique toda la vida a ella o no, en ese sentido no estaba mal el lugar que tenía la música en la educación escolástica medieval, más allá de esa separación nefasta que había entre artes liberales y artes serviles era muy bueno que se estudiara música conjuntamente con aritmética, geometría y astronomía como partes de las cuatro disciplinas matemáticas del Quadrivium.
    En fin, ya me extendí demasiado pero por último, esa frase que dejaste de McCartney me recordó una anécdota suya que ejemplifica muy bien eso que dijo, la primera vez que tocó en vivo con los Quarrymen mientras tocaba un solo de guitarra le pifió y se bajoneó tanto que pensó que nunca más iba a tocar en vivo... otro ejemplo de que incluso para los genios nada es un lecho de rosas y tuvieron que esforzarse para llegar adonde llegaron.
    Un abrazo y bikos Elvi!

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  3. Espero solucionar pronto lo de los comentarios. Mil disculpas.

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  4. Muy buena entrada. Como siempre.

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  5. Por fin! Están aquí los comentyarios! Gracias Benjamín. Por fin puedo contestarte y decirte bienvenidas tus explicaciones que enriquecen este lugar. Gracias por el aporte. Lo dicho, anímate con un blog sobre música. Da su trabajo, pero es muy gratificante.
    Y a ti, querido anónimo, gracias por entrar y por ayudarme en esta aventura, como siempre! :*

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  6. me has ayudado mucho con mi tarea muchas gracias :3

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